Lola Torres acaba de dejar una mala relación con su novio y se ha mudado con una amiga. En el mantenimiento del edificio trabaja Paco Morales, un hombre muy atractivo y mayor que ella que tiene antecedentes por agresión. A pesar de sus diferencias, las chispas saltan enseguida entre los dos y comienzan una relación en la que se pondrá de manifiesto que Paco, al igual que Lola, ha sido maltratado por su ex, y que esta no soporta que él rehaga su vida.

Lucía Vargas ha perdido la inspiración para dibujar. Con el deseo de recuperarla, se muda a una casa junto al mar que está completamente automatizada, controlada por una inteligencia artificial llamada Jack que pretende el bienestar de sus inquilinos. Allí Lucía solo tendrá que preocuparse por sí misma, por reencontrarse con su pasión, o eso es lo que piensa hasta que empieza a conocer a Jack. No puede parecerse más a una persona.

Cuando citan a Julia Romero para la lectura de un testamento, lo último que ella se imagina es que heredará una mansión y un sueldo de por vida. Aunque, a cambio, tendrá que convivir con un misterioso hombre que se parece demasiado al anciano que acaba de morir, del que Julia estaba enamorada en secreto.

Esta obra forma parte de la serie Lazos. Es autoconclusiva al igual que las demás novelas de la serie, pero se aconseja leerla en tercer lugar.