Tras quinientos años de existencia, Iacov Batran anhela el final casi tanto como establecer un vínculo cierto con alguien. En el sur de España conoce a Elena Cruz, una joven de sueños frustrados, y ambos inician una relación que los pone en grave peligro. Para resolverlo, Iacov hace un trato con la mujer que lo creó: destruir a todos sus semejantes a cambio de la libertad para decidir su destino. Pero ¿y si su mayor enemigo fuese él mismo?

Nadie suele acercarse a la casa de las afueras, y mucho menos de noche, pero Ayla no tiene otra opción. Si su novio la atrapa, esta vez no saldrá con vida. Sin embargo, la casa guarda un secreto que puede ser incluso peor: su dueño se alimenta de sangre humana. Y desea que ella se quede allí para siempre.

Esta obra forma parte de la serie Lazos. Es autoconclusiva al igual que las demás novelas de la serie, pero se aconseja leerla en cuarto lugar.